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Alessandro Coatti llegó a Colombia buscando experiencias, como muchos viajeros que encuentran en el Caribe un rincón de alegría, de sol, de nuevas conexiones.
A través de una aplicación de citas, creyó haber encontrado a alguien con quien compartir una noche distinta. Lo que nunca imaginó fue que esa sonrisa que lo atrajo sería el anzuelo de una trampa mortal.
El 7 de abril, Alessandro fue conducido hasta el barrio San José de El Pando, donde lo esperaban no la compañía prometida, sino una pesadilla.
Allí, en medio de la oscuridad y el silencio del sector, Alessandro fue golpeado, amenazado y drogado. Lo obligaron a entregar sus claves bancarias mientras intentaba aferrarse a la vida, pero el horror se salió de control.
Su cuerpo sin vida fue hallado luego en diferentes sectores de Santa Marta, y el inmueble donde hicieron todo con rastros que helaron la sangre de los investigadores: fue cortado en pedazos y empacado en maletas, como si sus verdugos creyeran que así podrían esconder lo irreparable.
No fue un crimen calculado, sino un acto de desesperación que intentó tapar una traición sin nombre.
Hoy, la historia ha comenzado a cambiar. Luego de más de dos meses de investigación, las autoridades lograron capturar a los presuntos responsables: Oswal Moisés Ospino Navarro, en Medellín; Isaac Enrique Márquez Charris, en Arjona (Bolívar); Andrea Camila Berdugo Escorcia, en Bogotá; y Brian Augusto Cantillo Salcedo, en Santa Marta.
Todos enfrentarán cargos por homicidio agravado. Mientras la justicia avanza, la memoria de Alessandro exige que no se olvide su historia, y que la ciudad nunca normalice el horror tras una sonrisa disfrazada.
Crédito: Última Hora Magdalena
