Una madre aún espera respuestas. Una familia llora sin entender. Y una comunidad entera exige justicia. María Camila Mendoza Gutiérrez, una joven colombiana de apenas 21 años, fue hallada sin vida en un piso del barrio La Elipa el pasado m 17 de agosto. Pero más allá del parte oficial aún incompleto, quedan preguntas que nadie responde.

La escena es desconcertante: un cuerpo joven, con sueños migrantes, en un apartamento de una ciudad extranjera. Lo que debía ser una etapa de construcción de futuro, terminó en una noticia desgarradora que hoy nos interpela a todos. María Camila, bogotana pero quien residió varios años en Santa Marta, llevaba dos años residiendo legalmente en España con tarjeta comunitaria. Era, según palabras de su madre, “una chica de casa, juiciosa, extrovertida, trabajadora”.

Y sin embargo, su historia terminó abruptamente en una madrugada madrileña.

La mañana del 17 de agosto, Silvana Gutiérrez notó que su hija no había regresado a casa. Su preocupación la llevó a llamar al teléfono móvil de María Camila, pero quien contestó fue el SAMUR. Con tono clínico y sin más detalles, le pidieron acudir a una dirección en La Elipa. Allí, ya era tarde. Su hija había fallecido.

Hasta ahora, las autoridades no han emitido un informe concluyente. Se presume que la causa pudo estar relacionada con una sobredosis, pero no hay autopsia pública, ni pruebas toxicológicas realizadas a los presentes en el lugar. Tampoco se ha permitido a la familia interponer una denuncia formal.

¿Cómo puede una muerte tan dolorosa quedar atrapada en un limbo legal?

Los vacíos de información y de acción no solo indignan, sino que generan sospechas. ¿Por qué no se tomaron muestras a quienes estaban con ella? ¿Por qué el proceso parece estancado? ¿Quién responde por la verdad?

Hoy, María Camila ya no está. Pero su historia no puede quedar como una cifra más ni ser silenciada bajo sospechas no investigadas. Que no se normalice lo inaceptable. Que no se archive lo que clama justicia.

Por ella, por su madre, por todas las familias migrantes que confían en la justicia en tierra ajena: que se esclarezca la verdad.

"Mi amiga residía en España con su familia, una niña alegre, extrovertida, trabajadora y de casa con principios y valores. Fue encontrada sin vida en un apartamento, con un grupo de personas que dieron falso testimonio sobre los hechos de la muerte. La policía los aceptó sin investigación previa, sin autopsia y sin registro de defunción. Han pasado dos días y no han entregado nada de esto. Por favor ayuden a alzar la voz, los costos para avanzar con investigaciones o abogados penales son insostenibles, necesitamos ayuda e intervención del consulado, derechos humanos, noticias. Necesitamos resultados para que esto no quede impune, su nombre está siendo manchado injustamente. Exigimos justicia, exigimos un debido proceso, exigimos cumplir derechos humanos. Por favor ayúdenos a hacer esto viral", concluyó Jainer Freyle amigo de la víctima