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Asesinaron a un hombre y el hijo persiguió al sicario y lo mató a piedra, puño y cuchillo

Un episodio de violencia sacudió al barrio El Bosque, en el suroccidente de Barranquilla, donde el lunes 4 de agosto se vivió una doble tragedia que dejó al descubierto las redes criminales que operan en la ciudad y el impacto devastador que tienen en las familias.

Jhony de la Hoz Aguirre, un hombre de 66 años, perdió la vida en un acto de valentía al intentar proteger a su hijo de un ataque armado.

De acuerdo con el informe entregado por la Policía Metropolitana, el adulto mayor se interpuso entre su hijo, alias Pan Viejo, y los dos hombres armados que llegaron a la zona con la intención de asesinarlo.

El atentado ocurrió pasadas las 4 de la tarde, en la carrera 9K1 con calle 65C. Testigos aseguran que Jhony se lanzó sobre uno de los atacantes, identificado como Juan José Vera Mejía, alias el Mono o Juanchito, quien respondió disparándole. Gravemente herido, el adulto mayor fue trasladado al Camino Bosque de María, donde falleció minutos después.

Alias el Mono, presunto integrante de la pandilla Los Lunáticos, logró huir del lugar brevemente, pero fue perseguido por vecinos del sector, quienes lo alcanzaron dentro de una vivienda en la calle 65C con carrera 9L. Allí fue brutalmente linchado. La comunidad, harta de la violencia, tomó justicia por mano propia y acabó con la vida del presunto sicario.

Las autoridades revelaron que alias el Mono tenía antecedentes por hurto y actuaba bajo el mando de alias la Hormiga. Su objetivo era asesinar a Pan Viejo, quien logró salir ileso del ataque. Sin embargo, su prontuario criminal no pasa desapercibido: registra antecedentes por violencia intrafamiliar, hurto, concierto para delinquir y porte ilegal de armas. Además, hizo parte del desaparecido grupo delincuencial Los Paticos.

La hija del adulto mayor, Stefany Paola de la Hoz, declaró a las autoridades que este no era el primer intento de asesinato contra su hermano. En otras ocasiones, alias Juanchito ya habría intentado atentar contra su vida.

Este hecho, más allá del saldo fatal, pone en evidencia la situación crítica de seguridad que vive El Bosque y otros barrios de Barranquilla, donde la presencia de bandas armadas convierte a sus habitantes en víctimas colaterales de una guerra silenciosa.

Hoy, un hombre de la tercera edad es recordado no solo como una víctima, sino como un padre que dio la vida por su hijo en medio de una espiral de violencia que no da tregua.