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Por: Jesús Caballero y Coolin Camargo/ periodistas Informativo El Morro
Como una bola de nieve continúa creciendo el escándalo del caso del joven José Murillo, quien la semana pasada fue despedido injustificadamente por parte de la empresa de vigilancia Soproteco en Fundación, Magdalena, unicamente por ‘echarle’ la bendición a través de las redes sociales a la diputada Mallath Martínez.
Por eso, para ahondar más sobre el caso que ha causado indignación entre los habitantes de 'La Esquina del Progreso' el equipo periodístico del Informativo El Morro, contactó vía telefónica al afectado quien contó de manera minuciosa los nuevos detalles por los que fue despedido y caso en el que además tiene injerencia la alcaldesa Luz Helena Andrade Campo, quien presuntamente, según afirmó, fue la la que movió fichas claves para que se quedara sin su empleo.
Nunca le pagaron prestaciones sociales
Murillo relata que, desde el 1 de enero de 2025, fue notificado por su superior, el teniente Miranda, a través de un grupo de WhatsApp oficial, que debía seguir prestando el servicio “como venía”, incluso usando jean y camiseta blanca como uniforme provisional. Una decisión informal, pero que para él significaba la confirmación de continuidad laboral. Sin embargo, nunca hubo contrato, nunca se le afilió a la seguridad social, y tampoco recibió dotación adecuada.
Murillo indicó que cuando llegó el 2 de abril, fue despedido sin previo aviso. Al reclamar su liquidación, la respuesta fue insultante: “No tiene derecho a nada porque no tenía contrato”. Así, se desentendieron de los meses de trabajo continuo, los turnos nocturnos y el riesgo asumido sin ningún tipo de protección legal. “Me dejaron tirado como si yo no hubiera hecho nada. Ni siquiera un gracias”, afirma indignado.
Alcaldesa movió fichas para
que lo sacaran de la empresa
Pero todo ni quedó allí. Murillo asegura que su salida ocurrió justo después de haber enviado un mensaje público de buenos deseos a la diputada del Magdalena, Mallath Martínez, algo que, según él, no cayó bien en los círculos cercanos a la alcaldesa de Fundación, Luz Helena Andrade, con quien trabajó en campaña. ¿Venganza política? Él no lo descarta.
El caso de José Murillo podría ser apenas la punta del iceberg. Mientras Soproteco guarda silencio, muchos otros vigilantes podrían estar viviendo la misma pesadilla: trabajando sin garantías, sin voz, y con el riesgo constante de ser despedidos sin que nadie responda. ¿Hasta cuándo seguirán jugando con la dignidad de quienes cuidan nuestras calles?
La alcaldesa Luz Helena Andrade y Soproteco no dan la cara
Para contrastar las versiones del afectado, nuestro director del Informativo El Morro Luis Maestre, contactó vía WhatsApp a la alcaldesa Luz Helena Andrade solicitando su versión de este despido injustificado, pero simplemente evadió nuestro requerimiento, lo que deja ver aún más su poca empatía y total rechazo con los medios de comunicación de Santa Marta.
