Niños del Magdalena podrían quedarse con el plato vacío por culpa de la improvisación y la ineptitud oficial: Esto es con lo que la Gobernación fracasó y vendió como un triunfo histórico —10 millones de raciones para 135.000 estudiantes en 2025— que hoy se destapa como un engaño quedando el PAE en riesgo de quedar sin recursos y sin comida en lo que resta del año. Una mentira que golpea directamente a los más vulnerables.
El descaro de la Gobernación no tiene límites. La propia Oficina del PAE advirtió la inminente suspensión del programa, confirmando que los anuncios rimbombantes no eran más que humo. Mientras los titulares oficiales hablan de logros, la verdad es que miles de niños podrían quedarse sin el único alimento diario que debería estar garantizado.
La desidia es tan evidente como criminal. Desde mayo, los errores jurídicos, técnicos y financieros del PAE han sido advertidos en seis mesas técnicas con Educación, Hacienda y la UAPA, sin que la Gobernación mueva un dedo. Ni la presión de los ministerios ha logrado arrancarles una solución, dejando claro que la incompetencia se volvió política de gobierno.
Lo que reina en el Magdalena es hambre institucionalizada. La administración departamental, heredera del fallido modelo caicedista, no solo fracasó, sino que condena a los niños al abandono. La historia será implacable: este gobierno pasará a la memoria no por sus promesas, sino por dejar a los estudiantes con el plato vacío.