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Una jornada nutricional llevada a cabo por el programa de primera infancia del ICBF culminó en una seria emergencia sanitaria en el municipio de Pivijay, Magdalena. 39 niños que asistían al Hogar Infantil Pivijay fueron internados después de manifestar síntomas de intoxicación, tales como vómito, diarrea y malestar general, después de ingerir los alimentos proporcionados durante el ejercicio.
La circunstancia causó miedo entre padres, cuidadores y profesores, motivo por el cual se enviaron ambulancias de inmediato al Hospital Santander Herrera y la Clínica Santa Helena, donde los niños recibieron atención inmediata. El ICBF estableció los protocolos de emergencia y categorizó lo ocurrido como un posible brote de Enfermedad Transmitida por Alimentos (ETAS), pese a que los estudios todavía no han revelado un desenlace definitivo.
Hasta ahora, 38 de los niños han recibido el alta médica, sin embargo, uno sigue bajo supervisión médica en el Hospital de Fundación. Las primeras hipótesis indican que un queso deteriorado podría haber provocado la intoxicación, no obstante, las autoridades de salud están llevando a cabo estudios toxicológicos y recolección de muestras para corroborar o descartar esta posibilidad.
En medio del incidente, el ICBF manifestó su compromiso con la protección de la niñez e indicó que brindará acompañamiento integral a las familias afectadas, mediante sus equipos de defensoría, protección y primera infancia. También prometió colaborar con las autoridades para esclarecer los hechos y evitar que situaciones similares se repitan.
Sin embargo, lo sucedido ha generado profunda preocupación en la comunidad, que exige respuestas claras, responsabilidades y una revisión urgente de los protocolos de seguridad alimentaria en los programas del ICBF. Para muchos, este caso expone graves fallas que podrían haber terminado en tragedia.
