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En el barrio Pescaíto, Noroccidente de Santa Marta, todavía no salen del asombro por la fatídica decisión que tomó Lisbeth Rodríguez, la mujer venezolana que se quitó la vida en el apartamento que vivía ubicado en la calle 7 con carrera Quinta de ese sector popular de la capital del Magdalena.
Desde ese momento, en la zona reina un silencio sepulcral por el respeto y aprecio que los vecinos le profesaban a la mujer y aseguran que ya nada será igual porque ella con su efusividad y modo ser carismático, era quien le daba ese toque de alegría a la cuadra pescaitera.
Terminó su relación y horas después se suicidó
Después de dos días de presentarse el hecho funesto, son varias las versiones que giran en torno a lo sucedido, siendo la principal de estas, una posible desepción amorosa, pues allegados a Rodríguez manifestaron que ella ese mismo día terminó la relación con su pareja sentimental y al cabo de varias horas, acabó con su existencia.
"Nosotros creemos que Lisbeth estaba afrontando un momento duro en su relación y por eso la dio por terminado. Luego nos enteramos que se suicidó y quedamos estupefactos. No pensamos que iba muchacha tan alegre tomaría semejante decisión", dijo con aflicción uno de los residentes del sector.
Ahora quedará de parte de los investigadores de la Fiscalía, ahondar más en el caso para hallar otros vestigios que permitan esclarecer lo ocurrió con Lisbeth Rodríguez.
