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Por:Rafael Ocando Zajias/ columnista voluntario Informativo El Morro
La frase Obras y No Promesas, es reconocida en Santa Marta por estar asociada al movimiento del dirigente político Conservador Micael Cotes Mejía, sin embargo, el actual alcalde Carlos Pinedo Cuello, quizás sin proponérselo empezó la transformación de los barrios de la ciudad y a él le cae perfectamente una versión 2.0 de esta.
Ha pasado un año y ocho meses del gobierno de Carlos Pinedo Cuello y la ciudad está empezando a sentir un nuevo aire, los tropiezos administrativos normales en todo inicio de gobierno y más cuando hay un cambio de ciclo, están empezando a superarse.
Todo parece indicar que el mega aguacero del 03 de agosto se convirtió en esa limpieza o lavado de cara del gobierno distrital, desde ese momento inició una maquinaria administrativa a verse en las calles, el gobierno despertó y salió a hacer.
La decisión del consejo de estado en favor de Pinedo Cuello, ratificó el gobierno y esto fue el detonante entonces de una serie de inversiones que están empezando a verse.
Ya la ciudad no repite hasta el cansancio la pregunta ¿y que ha hecho Pinedo?, ahora la gente dice , ya Pinedo está haciendo.
Taganga, Timayui, Santa Ana, Las Malvinas, Santa Cruz, La Esperanza, Chimila, la zona rural y muchos sectores más, están empezando a ver a Pinedo, llegar a sus sectores con Obras y No Promesas de pavimento, saneamiento básico e infraestructura social, necesaria para mejorar la calidad de vida de la gente.
El patriarca conservador Micael Cotes, quizás sin intensión, está viendo en Santa Marta realizada su consigna Obras y No Promesas.
Barrios y sectores que por décadas se sintieron olvidados están viendo realizado su sueño de la mano de un alcalde comprometido con la inversión social necesaria para que la gente mejore su calidad de vida.
Se acabaron los discursos , llegaron los inicio de obras sin tarima suntuosa, sin shows ridículos, sin producción audiovisual millonaria y sin medios prepago.
